El desarrollo de habilidades es enfocada a la captación de la información, que es el primer proceso que realiza la mente para adquirir los datos necesarios y convertirlos en conocimiento. Aristóteles decía que «todo conocimiento empieza por los sentidos»; esta afirmación describe que la inteligencia humana necesita el aporte de datos por parte de cualquiera de los sentidos, sobre todo la vista.
Además del ingreso visual o auditivo de la información, el aprendizaje académico depende mucho de la palabra; el vocabulario es uno de los ingredientes para captar la información de manera completa, clara y precisa.
En la captación de información interviene de manera determinante el ritmo de vida: los alumnos con ritmo de vida lento requieren de más explicaciones y mayor tiempo para alimentar su mente con los datos que serán transformados en conocimiento. Una vez que aprenden, suelen tener profundidad y consistencia. Los alumnos de ritmo rápido dan la sensación de brillantez, aunque su aprendizaje puede ser superficial y propenso a la dispersión.